La Profeco menciona que consumirlo en exceso podría ser dañino para la salud.

El caldo de pollo en cubitos fue creado en el siglo XX en Europa; detrás de éste estuvieron tres empresas: Maggie, OXO y Knorr, “que se preguntaban cómo crear sopas fáciles de transportar y económicas”. De acuerdo con la Profeco, en 1910, la empresa británica OXO introdujo su cubo de caldo, y ese mismo año Knorr, en el mercado francés, hizo lo mismo, lo que se volvió un éxito que se ha popularizado en todo el mundo.
Los caldos de pollo en polvo o los famosos cubitos concentrados nos hacen la vida más fácil, porque son una forma práctica de preparar sopa, arroz y diversos guisados que sólo consiguen ese delicioso sabor con un caldo de pollo real, el cual requiere de más ingredientes, tiempo y preparación con los que no siempre contamos, pero ¿sabes de qué están hechos?

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a través de la Revista del Consumidor, señaló cuáles son los principales ingredientes que se usan para hacer los caldos de pollo en polvo o industrializados, y destacó en primer lugar un excedente de sal o sodio, así como azúcar e ingredientes artificiales dañinos para la salud.
De acuerdo con la institución encargada de proteger los derechos de los consumidores, los caldos y consomés de pollo industrializados, en cubo, polvo o granulados, son una mezcla de varios productos.
Los ingredientes que contiene el caldo de pollo en polvo o cubo son: sal yodada, grasas vegetales, glutamato monosódico, fécula de maíz, azúcar, carne y grasa de pollo, especias, colorantes y saborizantes naturales y artificiales.

Podría creerse que el pollo es el componente principal de dicho producto; sin embargo, ésta es la sal, ya que es el primero que declara en su etiqueta.
Debido a que la sal es el ingrediente principal del caldo de pollo en cubitos, la Profeco menciona que podría ser dañino para la salud, ya que su consumo en exceso está relacionado con la hipertensión y la retención de líquidos.

Sumado a la sal, tiene gluetamato monosódico, un potenciador del sabor que se añade comúnmente a los alimentos procesados, cuyo uso es controvertido, ya que se le liga con cuadros de dolores de cabeza, sudoración, opresión en el pecho, ardor en la boca y mareos.
Por lo anterior, la Procuraduría sugiere recurrir lo menos posible a los cubitos de caldo de pollo; además, subraya que no se recomienda su consumo en personas con hipertensión.
Aunque si prefieres seguir utilizándolos garnachero lo mejor es tomar en cuenta algunas recomendaciones para evitar que se ingiera más sal de la necesaria y procures balancear tu dieta.