Esta maravilla culinaria surgió en los mercados, su nombre se debe a que es muy popular en las plazas, por lo que comenzaron a llamarlo “placero”.

El famoso taco placero, un manjar de los dioses. Se elabora con chicharrón, queso panela, aguacate y nopales, además de acompañarse con salsa picante y limón. En diferentes estados de la República Mexicana se le añaden distintos ingredientes, como cecina, rábanos, frijoles cocidos y cilantro, en el caso de Morelos o nopales picados, jitomate, papa y chiles verdes, pápalo o quelites en el caso del Estado de México. También en Tlaxcala tiene su propia versión, donde le ponen requesón, aguacate, chicharrón, barbacoa, acociles, papalo, quelite, cilantro y chiles.

Esta maravilla culinaria surgió en los mercados populares, donde marchantes daban a sus clientes a probar su mercancía sobre una tortilla que iba directo a la mano del cliente. El taco placero evoca al pasado gastronómico de México, donde se destacan los hábitos culinarios de los pueblos indígenas, donde se rescatan el aguacate, los insectos y los nopales.

Es práctico y barato el platillo, no ostenta de grandes lujos, por el contrario, podría decirse que es símbolo propio del campesino noble y el obrero trabajador. Además, no le es ajeno a casi ningún mexicano que vive al día, que busca alivianar el hambre y hacer rendir su cartera. El taco placero siempre ha tenido su lugar en la mesa, gracias a su valor nutrimental, que le aporta la verdura y el pedacito de chicharrón con el que se prepara. El taco placero no discrimina a nadie.
¡Que viva México y sus tacos también!